Maestros y maestras, reciban un cordial saludo en este nuestro día.
Son tiempos oscuros para la labor del docente, violentados nuestros derechos como han sido, y violentada la educación pública, el futuro de nuestros hijos.
Nuestro sindicato, que nos ha servido en el pasado para grandes luchas, hoy también sufre los resultados del ataque permanente del estado. Adida está huerfana de nuestra vitalidad, la de todos los maestros y maestras, hoy parece un ente inútil y privatizado por intereses que no son los nuestros.
Pero estos tiempos no durarán para siempre.
Son tiempos también inquietantes, porque la noche avanza a su término y el cambio se apróxima. Y nosotros los maestros y maestras debemos volver a las andanzas, volver a levantar las banderas, volver al sindicato, volver a los foros y a las calles, para que el cambio venga acompañado de un nuevo modelo en el estado, más justo, para que retornen los derechos de la profesión docente a todos por igual, para que la educación pública de nuestros hijos, los hijos del pueblo, sea una prioridad.
El mundo siempre cambia, y nosotros los educadores y nuestras organizaciones sindicales, quienes hemos sido la última linea de resistencia contra este estado neoliberal y mafioso, con la palabra y la razón de nuestro lado, debemos ser los protagonistas del cambio. Y para ello nuestro sindicato, nuestra Adida, es la herramienta fundamental, y si hoy la organización luce maltrecha y desteñida, mañana entre todos debemos convertirla en fuerza poderosa al servicio de cada uno de sus afiliados, y al servicio de las clases populares y su educación.
Nosotros el equipo de Renovación Sindical capitulo Antioquia y Rosa América Peñaloza, nuestra dirigente y candidata a la Junta Directiva de Adida, seguiremos presentes abanderando estas causas.
Son tiempos oscuros para la labor del docente, violentados nuestros derechos como han sido, y violentada la educación pública, el futuro de nuestros hijos.
Nuestro sindicato, que nos ha servido en el pasado para grandes luchas, hoy también sufre los resultados del ataque permanente del estado. Adida está huerfana de nuestra vitalidad, la de todos los maestros y maestras, hoy parece un ente inútil y privatizado por intereses que no son los nuestros.
Pero estos tiempos no durarán para siempre.
Son tiempos también inquietantes, porque la noche avanza a su término y el cambio se apróxima. Y nosotros los maestros y maestras debemos volver a las andanzas, volver a levantar las banderas, volver al sindicato, volver a los foros y a las calles, para que el cambio venga acompañado de un nuevo modelo en el estado, más justo, para que retornen los derechos de la profesión docente a todos por igual, para que la educación pública de nuestros hijos, los hijos del pueblo, sea una prioridad.
El mundo siempre cambia, y nosotros los educadores y nuestras organizaciones sindicales, quienes hemos sido la última linea de resistencia contra este estado neoliberal y mafioso, con la palabra y la razón de nuestro lado, debemos ser los protagonistas del cambio. Y para ello nuestro sindicato, nuestra Adida, es la herramienta fundamental, y si hoy la organización luce maltrecha y desteñida, mañana entre todos debemos convertirla en fuerza poderosa al servicio de cada uno de sus afiliados, y al servicio de las clases populares y su educación.
Nosotros el equipo de Renovación Sindical capitulo Antioquia y Rosa América Peñaloza, nuestra dirigente y candidata a la Junta Directiva de Adida, seguiremos presentes abanderando estas causas.
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