14 de septiembre de 2009

Hay que abrir el Polo a otras fuerzas sociales

Por Margarita Vidal

El senador Gustavo Petro aspira ganar la consulta interna del Polo Democrático y abrir la izquierda a una gran convergencia política que le permita enfrentar a un candidato uribista.

Desde cuando salió de su natal Ciénaga de Oro, Córdoba, Gustavo Petro ha hecho camino al andar.

En Zipaquirá llegó al Colegio Nacional, el mismo de García Márquez, donde sacó la segunda calificación nacional del Icfes. La ciudad -dice- era fría y tal como ‘Gabo’ la describe: olorosa a sal e interrumpida su calma por los campanarios de las iglesias.

La gente se acostaba a las 7:00 de la noche, pero como era una ciudad de obreros industriales tenía una vida agitada y una tradición rebelde: de allí habían salido 74 dirigentes liberales de las guerrillas de Rafael Uribe Uribe. Después fue un pueblo gaitanista y más tarde anapista. Petro tenía 10 años cuando leyó sobre el Generalísimo Francisco Franco y, por contraste, fue derivando a la literatura socialista.

En Zipaquirá tuvo su primera elección política como personero municipal, a los 22 años, después fue Concejal. Llegó a Bogotá en plena efervescencia de la Universidad Nacional que bullía de ideas, investigación, agitación y militancia políticas.

En el 85 lo metieron en la cárcel dos años. Lo torturaron en la Escuela de Caballería. Lo demás es conocido: su militancia en el M-19 y posterior desmovilización en el proceso de paz de Virgilio Barco.

Su entrada de lleno a la vida política, su elección como Representante a la Cámara y al Senado de la República. Su indeclinable y reconocida entereza para adelantar allí contundentes juicios políticos y ejercer una fiscalización política que le ha permitido ser el primero en denunciar aberrantes contubernios -como los que la Corte Suprema de Justicia investiga- entre paramilitares y la clase política en vastas zonas del país, que se tomaron el Parlamento colombiano, le permiten afirmar en este reportaje que el poder de este país está coptado por las mafias.

¿Por qué sigue en el Polo si no comulga con el radicalismo del ala gavirista?

Porque, aunque no comulgo con la alianza que esa ala ha hecho con el clientelismo y el sectarismo, si gano la consulta del próximo 27 va a haber un revolcón.

¿En qué consiste?

En un gran acuerdo democrático para detener la dictadura y aplicar la Constitución del 91. Eso elimina sectarismos porque hay que hacer alianzas con gente diferente ideológica y políticamente y aceptar que hay otras verdades de las cuales la izquierda democrática es una parte. Hay que abrir el Polo a otras fuerzas sociales para acabar con las maniobras de intermediación política propias del clientelismo que le están haciendo tanto daño.

¿Por qué si Lucho, Gaviria y usted hablan de eliminar el clientelismo, profundizar la democracia, adelantar reformas estructurales, fortalecer los Derechos Humanos, profundizar soluciones a la hecatombe social, no pudieron adelantar juntos una campaña dentro del Polo?

El problema no está en los discursos sino en los métodos. Gaviria propone una política decente para Colombia y yo no puedo estar en desacuerdo, pero él está acompañado del mayor clientelismo del país. Ahí hay una incoherencia entre método y objetivo. La diferencia con Luis Eduardo Garzón es que él creyó que ya todo estaba perdido en el Polo y yo, en cambio, creo que se puede ganar y que dentro del Partido se puede dar un gran revolcón para convertirlo en un partido de izquierda profundamente democrática, que sea capaz de enseñarle a Colombia las ventajas que hay en una política de acuerdos, de transformaciones y de entendimientos generalizados de la sociedad colombiana.

¿Cómo hará para que esa Colombia le crea?

Simplemente recordando que la mejor manifestación que ha hecho la izquierda que yo represento es la de la Constitución del 91. El M-19 era de lejos la fuerza mayoritaria de la Constituyente, donde no se excluyó a nadie a pesar de que éramos mayoría. Esa Constitución le entrega derechos y libertades a los ciudadanos en primerísimo lugar y construye un Estado Social de Derecho. No sobra recordar que eso lo hizo una izquierda que por primera vez llegaba a una instancia de poder real como una Constituyente. Nadie puede decir que queríamos acabar la propiedad privada o desatar el odio con nuestros antiguos rivales, o fusilar a cada rico del país y tonterías de esas o acabar con la libertad de expresión. El texto de la Constitución es la mejor prueba de lo que la izquierda democrática, que yo represento en esta campaña presidencial, quiere hacer en Colombia.

Pues el Estado de Derecho que usted menciona pronto va a ser suplantado por el Estado de Opinión que propone Uribe.

Lo que quieren es derribar la Constitución del 91 para reemplazarla por una dictadura constitucional, lo demás son frases. Los romanos, que son los inventores de la palabra, definieron ‘dictadura’ como la concentración del poder público por parte de una persona y eso es lo que pasa aquí. Y no solamente del poder público sino del privado: ya se tomaron hasta el gremio más importante que es la Federación Nacional de Cafeteros y se tomarán la Televisión. Dominan buena parte de la política editorial de los canales privados y como a la Comisión Nacional de Televisión la manejan a su arbitrio también lo harán con el tercer canal. Si Uribe logra ganar con su referendo acabará de concentrar el poder público. Si eso no se llama dictadura ¿qué es?

Supongo que tampoco está de acuerdo con el tema de las bases gringas...

Las bases están ligadas a una política antidrogas hipócrita porque los dos socios mienten. Los Estados Unidos, porque ya comprobaron que fumigando la hoja de coca no acaban con la droga. Lo reconoce el zar antidrogas gringo y es claro que el interés oculto es una geopolítica de dominación sobre Colombia apuntando a Brasil, no a Venezuela. Ese es el gran error de Chávez.

¿Por qué a Brasil?

Porque es el gran mercado que desean los empresarios norteamericanos y el gobierno colombiano, su socio, también, porque sabe que hoy el poder no está en la hoja de coca sino en las mafias que se adueñaron del poder político y se tomaron el Estado. Las bases significan una política de dominación para impedir la unidad latinoamericana y son un anacronismo de Estados Unidos. Le he pedido directamente a Obama que unilateralmente suspenda ese tratado.

¿La mafia tiene el poder político en Colombia?

La parapolítica es una de las grandes demostraciones. Galán anunció lo que iba a pasar. Por eso lo mataron y sucedió lo que predijo: la toma del Estado por parte de las mafias. Por eso si yo quiero enderezar la política antinarcóticos tengo que reconocer que la mafia tiene el poder político y hay que quitárselo. Para ello necesito justicia; no veneno ni generales norteamericanos.

El Polo está en el ojo del huracán por sus contactos con Chávez y se le acusa de realizar una diplomacia paralela a través de Jaime Dussán, su presidente. Aparte, Chávez le manda públicamente invitaciones políticas...

El Partido Conservador habla permanentemente con Aznar y nunca hubo un escándalo sobre su influencia en Colombia donde ha estado muchas veces. Yo no comparto ninguna tesis con Aznar, me parece uno de los asesinos de Irak, pero el Partido Conservador tiene derecho a relacionarse con los partidos con los que crea que debe hacerlo. El Partido Liberal es miembro de la Internacional Socialista al lado del Polo y el Polo además de esto es miembro del Foro de Sao Paulo porque tiene interlocución con todas las izquierdas de Latinoamérica como debe hacerlo todo partido de izquierda democrática. Lo que sí pienso es que Dussán cometió una ‘brochada’ por hablar con Chávez en el momento menos indicado y no haberle dado claridad al país. Yo también he hablado muchas veces con Chávez, pero siempre ha quedado claro que el Polo Democrático actúa en función de intereses nacionales colombianos y que nunca puede, ni por sus estatutos, ni por la Constitución de Colombia, ser un apéndice de ningún gobierno extranjero. En ese sentido creo que le faltó mucha claridad a Dussán, le faltó inteligencia para explicarle a la sociedad de qué se trataba y dejó estallar una bomba mediática.

Usted se la pasa viajando a Washington donde tiene una serie de contactos y me dice que le ha dirigido una carta a Obama en relación con las bases militares. También sé que en el Congreso de Estados Unidos se están moviendo con velocidad ajustes al Plan Colombia. ¿Qué sabe de eso?

Estados Unidos tiene que entender que no puede seguir aplicando una política de fumigación y envenenamiento ni una política militarista. Debe saber que cabe la posibilidad de un entendimiento alrededor de un Plan Colombia dedicado a fortalecer la Justicia y ya hemos avanzado en eso en el Congreso de Estados Unidos para fortalecerla y avanzar en un proceso de reconciliación típicamente colombiano que pasa por quitarle la tierra a la mafia.

¿Qué significa ese avance en el Congreso americano y qué participación ha tenido usted en eso?

Que ya las partidas del presupuesto de Estados Unidos para el Plan Colombia han cambiado sustancialmente, disminuyendo el componente militar y aumentando el componente de justicia. Mi participación ha sido total porque esa ha sido siempre mi tesis. Mis giras en Estados Unidos tienen ese objetivo y también que se renegocie el Capítulo Agrario del TLC -para proteger la producción de alimentos en Colombia- que afecta básicamente al campesinado y al pequeño y mediano empresario, tres pilares fundamentales para montar el modelo de desarrollo de producción subsidiada que estoy proponiendo.

¿Cómo es el modelo?

El modelo de producción subsidiada abarcará no solo los cuatro millones de hectáreas que hoy cultivamos sino los quince millones de hectáreas fértiles que incluyen la tierra de la mafia y es el que nos permitirá, por primera vez en la historia, incluir el mundo rural colombiano en la prosperidad económica, que es el nombre de la paz. Este modelo tendría un presupuesto de quince billones de pesos para el agro. El proyecto abarcaría el banco más grande de Colombia -que tendría que ser el Banco Agrario- y la reconstrucción del sistema de crédito a través de bancos públicos, como un tema estratégico para Colombia. Mi programa lo puedo decir en una frase: Lugares, Saberes y Créditos para la mayoría de los colombianos. El montaje de este modelo de desarrollo nos llevará a debilitar el narcotráfico, a salir relativamente de la pobreza y la desigualdad social y a desembocar en el tema de la paz, tan fundamental en Colombia.

En una hipotética presidencia suya ¿cómo funcionará el tema de la Seguridad Democrática? A nadie le gustaría ver que se diera marcha atrás.

Los tres grandes asesinos en Colombia son, en su orden de importancia: la intolerancia, sobre la que no hay política; yo propongo los acuerdos multitudinarios regionales con procesos de reconciliación, incluídos victimas y victimarios, para la construcción de una cultura de tolerancia que disminuya este primer asesino. El segundo son las bandas; el gran error histórico de este gobierno fue haber llevado el paramilitarismo a las ciudades y haberlo empoderado quitándole sus jefes. Al tema de los Saberes se lleva transformando el colegio actual de secundaria en colegio-universidad, con un Banco del Joven que le entregue el primer crédito al graduando. También tendríamos el Banco de la Mujer y el Banco de la Vivienda.

No me ha contestado sobre el tema de la seguridad...

Voy en orden. El tercer gran asesino es el conflicto armado. Ahí hay que integrar dos componentes: el primero es la ofensiva militar que yo recojo de Uribe, pero sin falsos positivos y con un ejército respetuoso de los derechos y libertades de los ciudadanos. Como esto no es suficiente para desactivar el conflicto armado, habría que articular al modelo la producción subsidiada de alimentos que incluyan en su prosperidad al mundo rural, porque de allí es de donde salen los muchachos y muchachas que van al conflicto armado. Si esas dos cosas operan conjuntamente estoy convencido de que la guerrilla terminará debilitándose y cambiando su concepción actual de confrontación para ganar la guerra –lo que la hace inviable e ingenua- y que pasaría por una negociación como único modo eficaz para salir de ella y a la cual yo le abriría la puerta.

Panoramas con Uribe perdedor y Uribe ganador...

No votar el referendo se está convirtiendo en la resistencia democrática contra la tercera reelección. Yo me voy a quedar jugando en mi casa con mis niñas. Si Uribe pierde, el gobierno pasará al gran Acuerdo Democrático que yo quiero convocar si gano la consulta del 27. Si Carlos Gaviria gana, el sectarismo del Polo no producirá ningún acuerdo democrático y entonces llegará un uribista al gobierno. Si yo gano, convoco a todas las fuerzas sociales y políticas que quieran reivindicar la Constitución del 91 y por tanto habrá una nueva consulta en marzo para escoger candidato entre todas las fuerzas. Ahora, si Uribe gana el referendo, se lleva el Congreso porque las elecciones para elegir parlamentarios serán poco después y prácticamente tendría ganada la presidencia y las alcaldías, concentraría el poder público y lo que habría en Colombia sería una dictadura constitucional.

Si yo construyo el Acuerdo Democrático, al ganar el 27, detenemos la concentración del poder público en manos de Uribe -así gane el referendo- porque la Izquierda Democrática no tiene sino una respuesta eficaz ante cualquiera de los dos escenarios: si se derrumba el referendo, el Acuerdo Democrático gana la Presidencia de la República. Si el referendo pasa, el Acuerdo Democrático detiene la dictadura.

¿No hay otras opciones?

El liberalismo no tiene sino dos: ligarse al Polo y a otras fuerzas con el Acuerdo Democrático o pasar a la Derecha con Vargas Lleras. Las fuerzas independientes tienen dos opciones: moverse hacia un Acuerdo Democrático –en eso están Mockus, Luis Eduardo Garzón y Peñalosa- o moverse hacia la soledad y en eso está Fajardo. Si Carlos Gaviria gana, se refuerza Fajardo y por tanto los independientes no entran a una convergencia y se refuerzan las tendencias de derecha del Partido Liberal porque no tendrían como socio al Polo. La división del campo democrático se volvería una realidad y desembocaríamos en una dictadura por parte del uribismo.

¿Qué chance tiene de ganar la consulta?

Lo importante de las encuestas son las tendencias. Hace un tiempo Gaviria estaba tres veces por encima de mí y ahora estamos empatados. Las posibilidades son muy amplias.

¿Ya detectó cómo resucitó el Congreso un referendo muerto?

Yo nunca creí que estaba muerto. Conozco el Congreso y el sistema político colombianos. Sé cual es su base de criminalidad, de la corrupción, de la compra de votos que lleva al político a buscar plata en el narcotráfico, el paramilitarismo o el erario. Los gobiernos siempre han tenido mayorías cómodas gracias a esta criminalidad política, porque compran con el erario a los congresistas. Para mí era claro que el referendo se iba a convocar sobre la base de esta fuerte articulación entre política y crimen que ahora va a tener un tercer episodio: la dictadura. Es una mesa de cuatro patas: política, narcotráfico, crimen y dictadura. Pero la Corte Suprema se fortalece con su decisión histórica de no permitir la renuncia al fuero de los congresistas investigados por parapolítica. Ahí está el talón de Aquiles de este gobierno.

En sus propias palabras

"El interés oculto de las bases de EE.UU. es una geopolítica de dominación apuntando a Brasil, no a Venezuela. Ese es el gran error de Chávez”.

"El poder no está en la hoja de coca sino en las mafias que se adueñaron del poder político y se tomaron el Estado”.

"El modelo de producción subsidiada abarcará no sólo los cuatro millones de hectáreas cultivadas sino los quince millones que incluyen la tierra de la mafia”.

Tomado de el Diario El País de Cali

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