3 de septiembre de 2011

Decalogo del buen elector

1. Vote por el candidato que usted prefiera. Tome esa decisión libre de cualquier presión externa a su libre albedrío, venga de medios, encuestas, familiares, grupos armados o cualquier otro tipo de constreñimiento.

2. Si le ofrecen dinero, puestos, materiales o cualquier otro tipo de dádiva por votar por cierto candidato, no sea torpe. No vote por él. Es el menos apto para gobernar, pues requiere comprar conciencias para lograr sus objetivos. En un eventual gobierno, no dudará en comprar lo que sea a cualquier precio.

3. Si ninguno de los candidatos le complace, no se preocupe, usted tiene una opción y muy poderosa. El voto en blanco es la forma de manifestar su descontento con los actuales candidatos. Si el voto en blanco obtiene la mayoría, las elecciones deberán repetirse, pero con otros aspirantes.

4. No deposite un tarjetón sin marcar ni de riegos. Con esa acción usted está propiciando que su tarjeta sea marcada durante el conteo y de esa forma permitir el fraude. La gran mayoría de jurados es gente honesta y ética. Pero en Colombia también hay tramposos, no les de “papaya”.

5. Antes del día de elecciones, consulte su lugar de votación. En la página www.registraduria.gov.co o llame a las Líneas de atención: 113 ó 01 8000 52 2010. En Bogotá: 485 0100. Medellín: 6085100.

6. Vote temprano, antes del medio día preferiblemente. Recuerde que la lluvia es más probable en la tarde y que las filas para sufragar son más largas en las últimas cuatro horas de la jornada.

7. El miedo y el temor no son buenos consejeros a la hora de decidir por quien sufragar. Si esos son los sentimientos que lo impulsan a votar, reflexione y piense que la dignidad del ciudadano se puede medir en la libertad que siente cuando deposita su voto.

8. No vote por quien mas promete. La cantidad de promesas electorales es inversamente proporcional a las buenas acciones de gobierno.

9.Vote por programas, pero teniendo en cuenta la persona. Existen excelentes personas con programas de gobierno nefastos. También existen programas maravillosos, cuyos candidatos no son éticos, no son honestos, compran votos y sus antecedentes son punibles. Busque el equilibrio entre programa y candidato.

10.Por último VOTE. No hacerlo es renunciar a uno de los pocos mecanismos de participación concretos que tienen los ciudadanos colombianos. El abstencionista se parece al que asiste a una fiesta y no baila ni comparte con nadie. Está en la reunión pero no participa de ella. Eso es muy aburrido e inútil.

Somos casi treinta millones de personas aptas para ejercer el voto. Una democracia sana debe tener índices de abstención inferiores al 10%. Lamentablemente, en Colombia se eligen presidentes con un 30% o menos del censo electoral. Cambiemos esa tendencia y elijamos al mejor.

Por: FREETHINKING

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