14 de noviembre de 2011

¡Por una educación pública científica y democrática!

Mauricio Vargas
Estudiante de Derecho

La lucha por una educación pública, científica y democrática en Colombia ha superado la etapa de dispersión y se transforma en un movimiento de articulación nacional. Enmarcada dentro de una nueva ola de movimientos de masas en el mundo, donde casos como el de Chile han tenido gran resonancia en el país. Siguiendo el ejemplo del movimiento estudiantil de 1971, los estudiantes han entendido la importancia que tiene el campo de la educación en la transformación cultural del país y en su progreso nacional. El 10 de Noviembre los estudiantes de todo el país demostraron de forma pacífica y civilista que también están indignados, pero con la diferencia que en lugar de hacerle apología al idealismo utópico, se busca realizar una propuesta seria, argumentada y concreta del modelo de educación para el país.

Se ha logrado dotar al movimiento estudiantil de un instrumento denominado Mesa Amplia Nacional Estudiantil (MANE) que ha sabido presentar a la opinión pública un programa mínimo inicial que, si bien es muy general y ambicioso en cuanto a las exigencias, este sabrá pulirse y llenarse de un contenido más enfocado en lo estudiantil en la medida que se desarrolle la pugna política con el gobierno, las discusiones internas y en la integración con los maestros y demás sectores sociales. Desde los sectores progresistas de la sociedad se le han hecho críticas constructivas y justas como la innecesaria y poco oportuna inclusión de un último punto sobre el conflicto armado, ya que este movimiento debe mantenerse alejado de la polarización sobre una guerra ajena que la sociedad civil jamás a declarado o como centrar el pulso en asuntos meramente económicos, que sin ser este un asunto ni mucho menos superficial, es primordial rescatar la herencia histórica del movimiento estudiantil nacional en cuanto al asunto de la democracia interna de la universidad, la absoluta necesidad de conformar un gobierno universitario mayoritario compuesto por estudiantes y profesores como requisito fundamental para lograr la autonomía universitaria y para generar cambios cualitativos en cuanto a organización y capacidad de estos estamentos para ir por objetivos más profundos, es decir, para tener la capacidad real de construir un modelo que se salga de la órbita del neoliberalismo. De lo contrario, el movimiento puede quedar estancado en lo coyuntural y depender en mayor medida de la buena voluntad del gobierno de turno, sin ganar espacios en aspectos políticos y de las relaciones de poder al interior del Campus.

En pancartas con mensajes como: "Crédito educativo = deuda familiar. Por una adecuada financiación estatal de la Educación” más de 9 mil estudiantes de diversas universidades privadas y públicas de Medellín (Udea y Unal) salieron a las calles a marchar. Cabe resaltar que una de las características más importantes del movimiento es la movilización pacífica y civilista como único y principal método de lucha. Asunto que se ha consolidado en Bogotá gracias a el control que la misma multitud realiza para evitar sabotajes y provocaciones violentas a la fuerza pública. Cosa que lastimosamente no se ha podido llevar a cabo en nuestra ciudad, donde un puñado de encapuchados conspiran contra la unidad del movimiento estudiantil, sirviendo a los intereses más reaccionarios al dividir las marchas, sembrar el caos en las manifestaciones e inculcar el miedo en los participantes y el repudio y animadversión de la opinión pública, precisamente la que el movimiento ha venido acercando con mucho esfuerzo y trabajo paciente. Declaraciones como las de Francisco Santos, ex vicepresidente de Colombia por 8 largos años, evidencian que ahí están los fachos, pendientes de cualquier disculpa para promover políticas como la de aplicar choques eléctricos a los estudiantes como si de reces se tratara. Así que el asunto del método no es algo de poca monta, del que los dirigentes estudiantiles se puedan dar el lujo de callar o ser ambiguos en aras de no generar debates y asperezas. La unidad es fundamental y a eso le están apostando diversas organizaciones que en el pasado han sostenido no pocas contradicciones, pero so pretexto de ésta no se pueden eludir responsabilidades que pongan en juego la integridad misma de las masas.

Por último, celebro que el movimiento estudiantil se haya anotado un importante triunfo, al lograr que el gobierno que inicialmente se caracterizó por una postura autoritaria para imponer su reforma a la Ley 30, hoy haya dado su brazo a torcer y tenga que aceptar a regañadientes disposición de diálogo con el movimiento estudiantil y la comunidad educativa. Santos manifiesta que cederá y suspenderá la aprobación unilateral del proyecto en la medida que los estudiantes vuelvan a las aulas. Ahora el turno es para la dirección del movimiento, si asume una imagen de intransigencia o si demuestra lo contrario. Esperemos que los dirigentes nacionales den la talla y sepan analizar el asunto sin apasionamientos, radicalismos y saquen avante una táctica correcta que le permita al movimiento estudiantil seguir avanzando y ganar terreno en esta enconada lucha que apenas comienza.

11 de noviembre de 2011

Vea algunas de las fotos de la marcha del 10 de noviembre en Medellín

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Haz tus comentarios aquí: