26 de agosto de 2009

Es necesaria la convergencia política para derrotar el proyecto uribista

Por Fabio Arias Giraldo
FISCAL CUT NACIONAL

Nota: El siguiente artículo fue vetado por el compañero Raúl Arroyave para ser publicado en el Informativo nacional de la CUT No. 53 del mes de agosto de 2009. Este hecho se constituye en un funesto precedente en nuestras publicaciones, lo cual va en contravía del carácter pluralista de la Central y desdice del ejercicio amplio y democrático de las diversas posiciones sindicales y políticas que le han servido a la CUT para avanzar y crecer. Por ello recurro a otras instancias y otros mecanismos para su publicación. FAG.

En este segundo semestre del año se ha venido calentando el tema relacionado con la Presidencia de la República para el período 2010-2014. Las diversas agrupaciones políticas, tanto del gobierno como de la oposición e independientes, vienen estudiando las mejores estrategias para dicha eventualidad. En esta oportunidad, la discusión ha adquirido un mayor realce que en el período anterior por lo complejo, pero así mismo oportuno, del contexto nacional e internacional en que se desenvuelve.

El cuadro que contempla el Gobierno está lleno de grandes nubarrones. De un lado, los escándalos del gobierno de Uribe como la parapolítica, las chuzadas del DAS, la yidispolítica, las ejecuciones extrajudiciales, el enriquecimiento de la familia presidencial, la entrega de notarías a congresistas a cambio del respaldo a la primera reelección, entre otros, que desinstitucionalizan el país y violan la democracia. Por otro lado, las graves consecuencias de la crisis económica y social, de la cual el Gobierno vociferó que estábamos blindados, pero que la realidad, igual que en múltiples oportunidades, se encargó de refutar y dejar en claro el cinismo y la falta de seriedad de este gobierno.

Así lo evidencia la recesión ya inocultable, reflejada en el decrecimiento del PIB, el aumento de la tasa de desempleo y de la informalidad, el sinnúmero de despidos, que conllevan el incremento de pobreza y miseria, todo ello en el marco de descargar la crisis sobre los trabajadores y el pueblo. Así mismo se presenta la crisis diplomática internacional que hoy se vive con el vecindario, derivada de la rechazable y condenable autorización de siete bases militares de Estados Unidos en nuestro territorio, realizada por el Gobierno de espaldas a la nación, lo que deshonra nuestra soberanía y atemoriza a los países de Suramérica.

Todo ello configura una situación política que muestra, a todas luces, la inconveniencia para el país de que el mayor responsable de esta situación, como lo es el proyecto político uribista, pretenda reelegirse en cualquiera de sus dos modalidades: el referendo reeleccionista para que Uribe continúe hacia un tercer período, o el “plan B” que prepara la coalición uribista con cualquiera de los ex ministros Juan Manuel Santos o Andrés Felipe Arias.

Múltiples han sido las opiniones de diversos sectores que consideran inconveniente una segunda reelección. Así lo han expresado los ex presidentes de la República, varios congresistas de la coalición uribista, la Iglesia católica encabezada por monseñor Rubiano, el partido Liberal, el Polo Democrático Alternativo, los llamados quíntuples, las Centrales Sindicales, la Confederación de Pensionados, organizaciones sociales y de derechos humanos. Hasta el Presidente de los Estados Unidos le afirmó que dos períodos eran suficientes.

Esta situación ha generado un marco de dificultades en la aprobación, hasta hoy, del referendo. Lo que muestra cómo esos nubarrones logran desorganizar la coalición de gobierno, tal como quedó demostrado en las elecciones de las nuevas directivas del Congreso, donde fueron derrotados los candidatos del oficialismo.

Sin embargo, no basta con el “desorden” uribista si a renglón seguido no logra conformarse una amplia convergencia política, que a más de presentarse como alternativa democrática y progresista, se vea frente al país y los electores como una opción real de ser gobierno.

En los dos períodos anteriores, la coalición uribista ha logrado la Presidencia en la primera vuelta aprovechándose, entre otras cosas, de que sus contendores se presentaron cada uno por aparte, lo que generó dispersión y falta de confianza.

En esta oportunidad el reto mayor consiste, desde el punto de vista táctico, en cómo lograr que quienes tienen cualquier tipo de reclamo frente a este gobierno logren consensuar un mínimo programa y un único candidato a la Presidencia en la primera vuelta; que aprovechando la dificultades de este gobierno, armen la más amplia convergencia social y política que logre un gobierno de transición, que separe el Estado, la política y la tierra, de la mafia y, así mismo la inversión social del mercado. Con ello, Colombia daría un gran salto y lograría ponerse a tono con la mayoría de los gobiernos alternativos de América Latina y en la corriente mundial de gobiernos que, frente al fracaso neoliberal, aplicarían políticas sociales y de intervencionismo de Estado.

En este momento entonces habría que anunciar y adelantar gestiones para esa convergencia política en al menos tres proyectos: el Partido Liberal, el Polo y los llamados “quíntuples” hoy “cuádruples”. Por el bien del país, a ello deberían aplicarse los mejores esfuerzos de las organizaciones mencionadas y también de las organizaciones sociales que, como la CUT, le apuestan a derrotar a Uribe, y no en el dos mil y tantos sino en el 2010.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Haz tus comentarios aquí: