“Ciudadanía Laboral”, es el nombre de una novedosa propuesta educativa que desde octubre de 2009 vienen construyendo sindicatos del magisterio y la Escuela Nacional Sindical, la cual busca promover entre los jóvenes de los colegios el reconocimiento del trabajo como un derecho fundamental, y la acción sindical como parte del ejercicio de la ciudadanía, en la perspectiva de que ellos serán los futuros trabajadores y trabajadoras de Colombia.
Este proyecto, que cuenta con el respaldo de la agencia de cooperación española ISCOD, se encuentra en la fase piloto y en el mismo participan 60 docentes de 20 instituciones educativas de Bogotá, Cundinamarca, Boyacá y Antioquia.
Según Norberto Ríos, director académico de la Escuela Nacional Sindical, el propósito es llenar el vacío que existe en el pénsum de la educación media colombiana, que no incluye los derechos laborales y sindicales.
El argumento de Norberto Ríos es que las instituciones educativas se han circunscrito sólo a los derechos civiles y políticos, y han dejado de lado el conjunto de derechos referidos al trabajo, los cuales hacen parte del paquete de derechos humanos pero que poco se visibilizan, como lo son el derecho a un trabajo justamente remunerado, el derecho a agremiarse en una organización sindical, al respeto de la dignidad humana en el sitio de labor, a la huelga como mecanismo de presión, a expresar ideas en el espacio de trabajo, entre otros. “Lo que pretendemos con la proyecto “Ciudadanía laboral” es darles herramientas a los maestros en el tema de los derechos laborales, y que por esa vía los estudiantes también conozcan estos derechos y se familiaricen con ellos”, puntualizó el director académico de la ENS.
Lo que dice FECODE
Por su parte John Ávila, del Centro de Estudios e Investigaciones Docentes de FECODE, señaló que la idea es que los establecimientos educativos introduzcan en su práctica académica y curricular los temas laborales y sindicales, bien mediante la creación de una cátedra permanente o abriendo programas y espacios de participación de estudiantes y docentes. Al respecto citó el caso del estado de Michoacán, en México, donde ya existe una escuela sindical para docentes, y se logró que el gobierno estatal incorporara el tema en el plan sectorial de educación.
“Así como en los establecimientos educativos ya existe la Cátedra Afrocolombiana y la Cátedra de Derechos Humanos, también puede existir la Cátedra Laboral y Sindical, que no riñe con el currículo porque es afín a materias como ética, competencias ciudadanas, ciencias sociales, filosofía, y a la misma cátedra de derechos humanos”, aclaró John Ávila.
Precisamente una de las tareas del grupo piloto que prepara la propuesta es la elaboración de una cartilla y otros materiales didácticos para la cátedra de ciudadanía laboral.
Se espera que a lo largo de este año el proyecto “Ciudadanía Laboral” cierre la etapa experimental y se incorpore a la dinámica educativa en las instituciones educativas, dado el interés y la gran expectativa que ha generado entre los docentes. Al final de esta etapa piloto, se contará con diseños pedagógicos, materiales didácticos y docentes formados, que permitirán hacer la propuesta a otras instituciones educativas y regiones del país.
Los equipos docentes opinan
Amanda Díaz Herrera, participante en el proyecto en su condición de rectora de la institución Fabio Lozano Simonelli, de Usme, opina que la cátedra de ciudadanía laboral es pertinente y necesaria para los estudiantes, “porque al egresar del colegio la mayoría de ellos no tiene la opción de acceder a la educación superior, le toca ingresar a la vida laboral a ciegas, sin criterio ni formación en sus derechos, y eso los limita mucho y permite que los atropellen y los exploten. Cuando el joven no sabe a qué tiene derecho, no puede defenderse y termina siendo víctima fácil en el mercado laboral, inclusive en su condición de menores de edad. Creen que por ser menores sus derechos son también menores”, señaló la rectora Díaz Herrera.
Por su parte Miguel Ángel Pardo, vicepresidente de la Asociación Distrital de Educadores, ADE, dijo al respecto: “Nosotros somos trabajadores, pero a la vez somos educadores, lo cual implica que tenemos una corresponsabilidad en el tema del ejercicio de los derechos humanos, laborales y sindicales, tanto desde el punto de vista gremial, como miembros de FECODE, como frente a los demás miembros de la comunidad educativa, que son los estudiantes y padres de familia”.
En su opinión, el divorcio entre la academia y el sindicalismo tiene que acabarse, porque hoy más que nunca el sindicalismo requiere de un sustento de la academia, y viceversa. “A nosotros en la universidad no nos prepararon para ser sindicalistas sino maestros, pero en la defensa de nuestros derechos nos ha tocado asumirnos como sindicalistas”, señaló.
Destacó el hecho que en Bogotá, la Secretaría de Educación Distrital se incorporara al proceso de formación de los maestros en el tema de los derechos laborales y el ejercicio digno de la profesión docente. Asimismo, señaló la necesidad de que el capítulo de los derechos laborales y sindicales haga parte de los planes sectoriales de educación, bien como una cátedra o como un proyecto educativo, incluido dentro de ese 20% del pénsum opcional que permite la Ley General de la Educación. “Hay que enseñar que no es delito ser sindicalista, sino que, por el contrario, es una forma de fortalecer la democracia, la vida social y las instituciones”, agregó.
La coordinadora de la propuesta, Sohely Rúa, profesional de la Escuela Nacional Sindical, hizo una valoración positiva de los primeros desarrollos de la propuesta, y reconoció el compromiso de los sindicatos del magisterio y de los/las docentes con la formación de las nuevas generaciones de trabajadores y trabajadoras, específicamente en el tema de los derechos laborales como derechos humanos fundamentales.
Afirmó que se trata de una propuesta educativa novedosa, porque recupera el concepto de ciudadanía desde la perspectiva de los derechos sociales, resalta la participación de la juventud en la vida social y política y en la construcción de la democracia, y le apuesta a la innovación pedagógica. “No basta con el desarrollo de contenidos académicos sobre el tema de los derechos laborales, es necesario un abordaje que incorpore la lúdica, la estética, lo vivencial, que se acerque a las subjetividades juveniles”, señaló.
Este proyecto, que cuenta con el respaldo de la agencia de cooperación española ISCOD, se encuentra en la fase piloto y en el mismo participan 60 docentes de 20 instituciones educativas de Bogotá, Cundinamarca, Boyacá y Antioquia.
Según Norberto Ríos, director académico de la Escuela Nacional Sindical, el propósito es llenar el vacío que existe en el pénsum de la educación media colombiana, que no incluye los derechos laborales y sindicales.
El argumento de Norberto Ríos es que las instituciones educativas se han circunscrito sólo a los derechos civiles y políticos, y han dejado de lado el conjunto de derechos referidos al trabajo, los cuales hacen parte del paquete de derechos humanos pero que poco se visibilizan, como lo son el derecho a un trabajo justamente remunerado, el derecho a agremiarse en una organización sindical, al respeto de la dignidad humana en el sitio de labor, a la huelga como mecanismo de presión, a expresar ideas en el espacio de trabajo, entre otros. “Lo que pretendemos con la proyecto “Ciudadanía laboral” es darles herramientas a los maestros en el tema de los derechos laborales, y que por esa vía los estudiantes también conozcan estos derechos y se familiaricen con ellos”, puntualizó el director académico de la ENS.
Lo que dice FECODE
Por su parte John Ávila, del Centro de Estudios e Investigaciones Docentes de FECODE, señaló que la idea es que los establecimientos educativos introduzcan en su práctica académica y curricular los temas laborales y sindicales, bien mediante la creación de una cátedra permanente o abriendo programas y espacios de participación de estudiantes y docentes. Al respecto citó el caso del estado de Michoacán, en México, donde ya existe una escuela sindical para docentes, y se logró que el gobierno estatal incorporara el tema en el plan sectorial de educación.
“Así como en los establecimientos educativos ya existe la Cátedra Afrocolombiana y la Cátedra de Derechos Humanos, también puede existir la Cátedra Laboral y Sindical, que no riñe con el currículo porque es afín a materias como ética, competencias ciudadanas, ciencias sociales, filosofía, y a la misma cátedra de derechos humanos”, aclaró John Ávila.
Precisamente una de las tareas del grupo piloto que prepara la propuesta es la elaboración de una cartilla y otros materiales didácticos para la cátedra de ciudadanía laboral.
Se espera que a lo largo de este año el proyecto “Ciudadanía Laboral” cierre la etapa experimental y se incorpore a la dinámica educativa en las instituciones educativas, dado el interés y la gran expectativa que ha generado entre los docentes. Al final de esta etapa piloto, se contará con diseños pedagógicos, materiales didácticos y docentes formados, que permitirán hacer la propuesta a otras instituciones educativas y regiones del país.
Los equipos docentes opinan
Amanda Díaz Herrera, participante en el proyecto en su condición de rectora de la institución Fabio Lozano Simonelli, de Usme, opina que la cátedra de ciudadanía laboral es pertinente y necesaria para los estudiantes, “porque al egresar del colegio la mayoría de ellos no tiene la opción de acceder a la educación superior, le toca ingresar a la vida laboral a ciegas, sin criterio ni formación en sus derechos, y eso los limita mucho y permite que los atropellen y los exploten. Cuando el joven no sabe a qué tiene derecho, no puede defenderse y termina siendo víctima fácil en el mercado laboral, inclusive en su condición de menores de edad. Creen que por ser menores sus derechos son también menores”, señaló la rectora Díaz Herrera.
Por su parte Miguel Ángel Pardo, vicepresidente de la Asociación Distrital de Educadores, ADE, dijo al respecto: “Nosotros somos trabajadores, pero a la vez somos educadores, lo cual implica que tenemos una corresponsabilidad en el tema del ejercicio de los derechos humanos, laborales y sindicales, tanto desde el punto de vista gremial, como miembros de FECODE, como frente a los demás miembros de la comunidad educativa, que son los estudiantes y padres de familia”.
En su opinión, el divorcio entre la academia y el sindicalismo tiene que acabarse, porque hoy más que nunca el sindicalismo requiere de un sustento de la academia, y viceversa. “A nosotros en la universidad no nos prepararon para ser sindicalistas sino maestros, pero en la defensa de nuestros derechos nos ha tocado asumirnos como sindicalistas”, señaló.
Destacó el hecho que en Bogotá, la Secretaría de Educación Distrital se incorporara al proceso de formación de los maestros en el tema de los derechos laborales y el ejercicio digno de la profesión docente. Asimismo, señaló la necesidad de que el capítulo de los derechos laborales y sindicales haga parte de los planes sectoriales de educación, bien como una cátedra o como un proyecto educativo, incluido dentro de ese 20% del pénsum opcional que permite la Ley General de la Educación. “Hay que enseñar que no es delito ser sindicalista, sino que, por el contrario, es una forma de fortalecer la democracia, la vida social y las instituciones”, agregó.
La coordinadora de la propuesta, Sohely Rúa, profesional de la Escuela Nacional Sindical, hizo una valoración positiva de los primeros desarrollos de la propuesta, y reconoció el compromiso de los sindicatos del magisterio y de los/las docentes con la formación de las nuevas generaciones de trabajadores y trabajadoras, específicamente en el tema de los derechos laborales como derechos humanos fundamentales.
Afirmó que se trata de una propuesta educativa novedosa, porque recupera el concepto de ciudadanía desde la perspectiva de los derechos sociales, resalta la participación de la juventud en la vida social y política y en la construcción de la democracia, y le apuesta a la innovación pedagógica. “No basta con el desarrollo de contenidos académicos sobre el tema de los derechos laborales, es necesario un abordaje que incorpore la lúdica, la estética, lo vivencial, que se acerque a las subjetividades juveniles”, señaló.
mas resumido por favor!!!!
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