El pasado miércoles 13 un grupo armado tiroteó a 185 trabajadores que acababan de ser despedidos por Inversiones Palo Alto Gnecco Espinosa, una empresa que explota la finca de palma aceitera Palo Alto, en la región de Ciénaga. Un trabajador resultó herido en la cara. Sirel conversó al respecto con Hernán Correa, presidente encargado del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Industria Agropecuaria (SINTRAINAGRO).
-¿Qué fue lo que ocurrió en la finca Palo Alto?
-Los trabajadores se sindicalizaron a partir del 23 de diciembre pasado, se afiliaron a SINTRAINAGRO y presentaron un Pliego de Peticiones. En cuanto tuvo conocimiento de la situación, la empresa despidió a 185 trabajadores, a los cuales les debía un mes de salario, el seguro de salud, el subsidio familiar, el seguro funerario, todas cosas que les eran descontadas a los trabajadores pero que no eran pagadas a las respectivas entidades desde hacía siete años.
-¿Nunca hubo sindicato en esta finca?
-No estaban afiliados a SINTRAINAGRO, pero ya muchas veces habían tenido que hacer paros, cese de actividades, para cobrar sus salarios, y fue lo que hicieron ahora. Pero entonces entró a la empresa ese grupo armado al mando de Alexander Ramírez procurando a los integrantes de la Comisión Negociadora, gritándoles que salieran que los venían a matar.
Como no los encontraron comenzaron a disparar hacia cualquier lado, resultando un compañero herido en la cara. En esta región es bastante habitual que los empresarios contraten sicarios, pistoleros, para intimidar a la gente que hace reclamos.
-¿Cuántos trabajadores hay en esta empresa?
-Unos 200 trabajadores, de los cuales 185 se habían afiliado al sindicato, justamente los que fueron despedidos. Después del tiroteo, la empresa pidió custodia policial en la finca e introdujo trabajadores de una cooperativa asociada de trabajo que, como se sabe, es un sistema de hiperexplotación promovido por el gobierno en Colombia.
-¿Hubo algún contacto posterior con la empresa?
-Hubo una reunión con el gerente, Ramón Tovar, quien afirmó que no reconocerá al Sindicato y mantendrá los despidos, en lo que configura una clara violación a los acuerdos internacionales firmados por Colombia ante la OIT, así como al Derecho Laboral nacional.
-¿Qué acciones se están tomando?
-Junto a la Central Unitaria de Trabadores (CUT) estamos gestionando una reunión con el vicepresidente de la República, Francisco Santos Calderón, en la cual se le reclamará garantías para la seguridad de los trabajadores en esta finca, y también se está solicitando al Ministerio de Trabajo que se cite a la empresa a una reunión en Bogotá para que se avenga a reconocer al Sindicato y a iniciar negociaciones en torno al Pliego de Peticiones que le presentaron.
Asimismo, estamos alertando a todo el movimiento sindical sobre esta situación de persecución sindical con violencia extrema que, posiblemente, motive acciones penales de nuestra parte ya que lo que ocurrió fue un delito grave y quienes participaron fueron identificados
-¿Cuál es la condición del trabajador herido?
-Está hospitalizado y siendo atendido de su herida.
Desde Montevideo, Carlos Amorín.
Tomado de Rel-UITA
-¿Qué fue lo que ocurrió en la finca Palo Alto?
-Los trabajadores se sindicalizaron a partir del 23 de diciembre pasado, se afiliaron a SINTRAINAGRO y presentaron un Pliego de Peticiones. En cuanto tuvo conocimiento de la situación, la empresa despidió a 185 trabajadores, a los cuales les debía un mes de salario, el seguro de salud, el subsidio familiar, el seguro funerario, todas cosas que les eran descontadas a los trabajadores pero que no eran pagadas a las respectivas entidades desde hacía siete años.
-¿Nunca hubo sindicato en esta finca?
-No estaban afiliados a SINTRAINAGRO, pero ya muchas veces habían tenido que hacer paros, cese de actividades, para cobrar sus salarios, y fue lo que hicieron ahora. Pero entonces entró a la empresa ese grupo armado al mando de Alexander Ramírez procurando a los integrantes de la Comisión Negociadora, gritándoles que salieran que los venían a matar.
Como no los encontraron comenzaron a disparar hacia cualquier lado, resultando un compañero herido en la cara. En esta región es bastante habitual que los empresarios contraten sicarios, pistoleros, para intimidar a la gente que hace reclamos.
-¿Cuántos trabajadores hay en esta empresa?
-Unos 200 trabajadores, de los cuales 185 se habían afiliado al sindicato, justamente los que fueron despedidos. Después del tiroteo, la empresa pidió custodia policial en la finca e introdujo trabajadores de una cooperativa asociada de trabajo que, como se sabe, es un sistema de hiperexplotación promovido por el gobierno en Colombia.
-¿Hubo algún contacto posterior con la empresa?
-Hubo una reunión con el gerente, Ramón Tovar, quien afirmó que no reconocerá al Sindicato y mantendrá los despidos, en lo que configura una clara violación a los acuerdos internacionales firmados por Colombia ante la OIT, así como al Derecho Laboral nacional.
-¿Qué acciones se están tomando?
-Junto a la Central Unitaria de Trabadores (CUT) estamos gestionando una reunión con el vicepresidente de la República, Francisco Santos Calderón, en la cual se le reclamará garantías para la seguridad de los trabajadores en esta finca, y también se está solicitando al Ministerio de Trabajo que se cite a la empresa a una reunión en Bogotá para que se avenga a reconocer al Sindicato y a iniciar negociaciones en torno al Pliego de Peticiones que le presentaron.
Asimismo, estamos alertando a todo el movimiento sindical sobre esta situación de persecución sindical con violencia extrema que, posiblemente, motive acciones penales de nuestra parte ya que lo que ocurrió fue un delito grave y quienes participaron fueron identificados
-¿Cuál es la condición del trabajador herido?
-Está hospitalizado y siendo atendido de su herida.
Desde Montevideo, Carlos Amorín.
Tomado de Rel-UITA
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