No sale bien librada Colombia en el más reciente Latinobarómetro, el estudio de opinión más reconocido con 20 mil entrevistas en 18 países latinoamericanos.
Cayeron, como ya lo evidenciaron estudios domésticos, los indicadores de optimismo y confianza en la forma como el gobierno Uribe conduce el país. Lejanos están los tiempos en los que en Palacio de Nariño se ufanaba de hospedar al mandatario con mayores índices de aprobación. Este año Uribe aparece en la octava posición (perdió dos con respecto a 2008) con una calificación de 5.4 sobre 10.
Al margen de la evaluación del Gobierno que se raja en economía (apenas uno de cada tres colombianos cree que el país está progresando), el desencanto trae consigo algunas cifras alarmantes. En un año el apoyo al sistema democrático perdió 13 puntos porcentuales y hoy se ubica en un escaso 49%. También han disminuido en un 24%, las actitudes democráticas (lo que se traduce en pérdida de legitimidad) hacia los partidos políticos y el Congreso Nacional. Y sólo el 26% de los colombianos cree que las elecciones en nuestro país son limpias.
Y más inquietantes son estos signos de nuestra “cultura política”: apenas el 29% de los encuestados considera que la democracia es más importante que el desarrollo económico. El 20% cree probable un golpe de Estado, el 32% apoyaría en algún momento un golpe militar y el 33% piensa que estaría bien pasar por encima de las leyes en una situación difícil.
Pero hay más. El 81% desconfía de las otras personas; uno de cada tres cree que es mejor que la mujer se concentre en el hogar y sólo el 37% expresó tolerancia frente a los homosexuales.
Ya uno de cada tres colombianos se había declarado de derecha en la encuesta de 2008. Pero por razones prácticas antes que ideológicas el país se “conservaduriza” y hasta acepta el autoritarismo. Y claro, la reformitis constitucional, los choques de trenes, el referendo y la reelección están minando la frágil confianza en la institucionalidad. Por eso no deja de sorprender que a pesar de todo lo anterior, la percepción de democracia sea en la encuesta de 7 sobre 10. Posudos que somos.
Por: Mario Morales
Tomado de ElEspectador.com
Cayeron, como ya lo evidenciaron estudios domésticos, los indicadores de optimismo y confianza en la forma como el gobierno Uribe conduce el país. Lejanos están los tiempos en los que en Palacio de Nariño se ufanaba de hospedar al mandatario con mayores índices de aprobación. Este año Uribe aparece en la octava posición (perdió dos con respecto a 2008) con una calificación de 5.4 sobre 10.
Al margen de la evaluación del Gobierno que se raja en economía (apenas uno de cada tres colombianos cree que el país está progresando), el desencanto trae consigo algunas cifras alarmantes. En un año el apoyo al sistema democrático perdió 13 puntos porcentuales y hoy se ubica en un escaso 49%. También han disminuido en un 24%, las actitudes democráticas (lo que se traduce en pérdida de legitimidad) hacia los partidos políticos y el Congreso Nacional. Y sólo el 26% de los colombianos cree que las elecciones en nuestro país son limpias.
Y más inquietantes son estos signos de nuestra “cultura política”: apenas el 29% de los encuestados considera que la democracia es más importante que el desarrollo económico. El 20% cree probable un golpe de Estado, el 32% apoyaría en algún momento un golpe militar y el 33% piensa que estaría bien pasar por encima de las leyes en una situación difícil.
Pero hay más. El 81% desconfía de las otras personas; uno de cada tres cree que es mejor que la mujer se concentre en el hogar y sólo el 37% expresó tolerancia frente a los homosexuales.
Ya uno de cada tres colombianos se había declarado de derecha en la encuesta de 2008. Pero por razones prácticas antes que ideológicas el país se “conservaduriza” y hasta acepta el autoritarismo. Y claro, la reformitis constitucional, los choques de trenes, el referendo y la reelección están minando la frágil confianza en la institucionalidad. Por eso no deja de sorprender que a pesar de todo lo anterior, la percepción de democracia sea en la encuesta de 7 sobre 10. Posudos que somos.
Por: Mario Morales
Tomado de ElEspectador.com
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