Bogotá D.C., 10 de junio de 2010
Apreciados compañeros del Comité Ejecutivo PDA:
La convocatoria de la Dirección del PDA para realizar hasta el 20 de junio una campaña denominada de “abstención activa” frente a las elecciones presidenciales me obliga a hacerles unas breves reflexiones, unas ya planteadas en las discusiones del Ejecutivo, y otras fruto del desarrollo de los acontecimientos políticos.
Es evidente que la responsabilidad de que no se haya llegado a un acuerdo programático entre el Partido Verde y el PDA corresponde a los primeros, que después de aceptarlo como consta en el documento redactado por el propio candidato presidencial de los verdes en reunión del jueves 3 de junio, ante la presión pública de Enrique Peñalosa, viraron ciento ochenta grados y descartaron cualquier posibilidad de acuerdo con otros partidos políticos. Lo más grave de esta decisión es que no corresponde a la necesidad principal de Colombia de unir todo lo susceptible de ser unido contra el continuismo uribista encarnado en la candidatura de Juan Manuel Santos.
Pero las erróneas decisiones verdes no pueden ser los argumentos principales para la toma de posiciones del PDA. No son los verdes quienes definen la táctica del PDA. La táctica del PDA, como Partido llamado a liderar la resistencia y la oposición al uribismo, la debe definir la defensa de los intereses de la nación y del pueblo colombiano. En ese sentido quiero expresarles mi desacuerdo con la decisión tomada porque ella coloca en el mismo nivel al candidato de la reacción con el del Partido Verde.
No desconozco, y lo expresé con claridad que suscitó “preocupación” de algunos compañeros del Ejecutivo, que las diferencias entre Mockus y el PDA son grandes, que en la campaña verde hay defensa de rasgos claves del nefasto modelo neoliberal, que es una posición atrasada y absurda no propiciar la unidad, por lo menos electoral, de los demócratas de Colombia. Pero ninguna observación crítica puede desconocer que la “legalidad” de Mockus y su apego a la Constitución, a las normas fundamentales del Estado de derecho y al respeto a las decisiones de cada rama del poder público deben calificarse como aspectos progresistas en la Colombia de hoy que observa atónita y atemorizada cómo el presidente de la República fustiga y amenaza Cortes y jueces que fallán en derecho y no se asustan con los mandobles de la Casa de Nariño.
Por ello creo, y es mi obligación planteárselo al Comité Ejecutivo, que el PDA debe respaldar la candidatura presidencial de Mockus de manera unilateral, sin la existencia de acuerdos, como una forma concreta de decirle a los colombianos que pese a nuestras grandes diferencias con los verdes colocamos en primer plano la lucha contra la candidatura continuista de Santos.
¡Que la victoria electoral de Santos, que muchos dan por segura, no cuente con la indiferencia del Polo!
Fraternalmente,
Yezid García A.
Miembro Comité Ejecutivo PDA
Apreciados compañeros del Comité Ejecutivo PDA:
La convocatoria de la Dirección del PDA para realizar hasta el 20 de junio una campaña denominada de “abstención activa” frente a las elecciones presidenciales me obliga a hacerles unas breves reflexiones, unas ya planteadas en las discusiones del Ejecutivo, y otras fruto del desarrollo de los acontecimientos políticos.
Es evidente que la responsabilidad de que no se haya llegado a un acuerdo programático entre el Partido Verde y el PDA corresponde a los primeros, que después de aceptarlo como consta en el documento redactado por el propio candidato presidencial de los verdes en reunión del jueves 3 de junio, ante la presión pública de Enrique Peñalosa, viraron ciento ochenta grados y descartaron cualquier posibilidad de acuerdo con otros partidos políticos. Lo más grave de esta decisión es que no corresponde a la necesidad principal de Colombia de unir todo lo susceptible de ser unido contra el continuismo uribista encarnado en la candidatura de Juan Manuel Santos.
Pero las erróneas decisiones verdes no pueden ser los argumentos principales para la toma de posiciones del PDA. No son los verdes quienes definen la táctica del PDA. La táctica del PDA, como Partido llamado a liderar la resistencia y la oposición al uribismo, la debe definir la defensa de los intereses de la nación y del pueblo colombiano. En ese sentido quiero expresarles mi desacuerdo con la decisión tomada porque ella coloca en el mismo nivel al candidato de la reacción con el del Partido Verde.
No desconozco, y lo expresé con claridad que suscitó “preocupación” de algunos compañeros del Ejecutivo, que las diferencias entre Mockus y el PDA son grandes, que en la campaña verde hay defensa de rasgos claves del nefasto modelo neoliberal, que es una posición atrasada y absurda no propiciar la unidad, por lo menos electoral, de los demócratas de Colombia. Pero ninguna observación crítica puede desconocer que la “legalidad” de Mockus y su apego a la Constitución, a las normas fundamentales del Estado de derecho y al respeto a las decisiones de cada rama del poder público deben calificarse como aspectos progresistas en la Colombia de hoy que observa atónita y atemorizada cómo el presidente de la República fustiga y amenaza Cortes y jueces que fallán en derecho y no se asustan con los mandobles de la Casa de Nariño.
Por ello creo, y es mi obligación planteárselo al Comité Ejecutivo, que el PDA debe respaldar la candidatura presidencial de Mockus de manera unilateral, sin la existencia de acuerdos, como una forma concreta de decirle a los colombianos que pese a nuestras grandes diferencias con los verdes colocamos en primer plano la lucha contra la candidatura continuista de Santos.
¡Que la victoria electoral de Santos, que muchos dan por segura, no cuente con la indiferencia del Polo!
Fraternalmente,
Yezid García A.
Miembro Comité Ejecutivo PDA
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