El 23 de febrero de 1962, una huelga de trabajadores del cemento fue disuelta violentamente por las fuerzas militares, quienes abrieron fuego contra los manifestantes causando la muerte de 11 personas y heridas a otras 52. Entre los muertos se encontró a la pequeña hija de uno de los lideres sindicales. La CUT acompañó la conmemoración.
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