29 de marzo de 2011

¿De dónde van a salir los dos millones de empleos?

La creación de millones de empleos, promesa principal de la campaña y objetivo central del gobierno Santos, dependería de acelerar el crecimiento económico y reducir temporalmente los costos de contratar trabajadores. Pero ni el crecimiento basado en una actividad como la minería ni las rebajas temporales de costos crean realmente empleos.

Aunque el gobierno no lo ha dicho de manera explícita, se puede deducir de diferentes pronunciamientos que su política laboral se basaría en dos elementos principales: un buen nivel de crecimiento económico ayudado por mejoras en la competitividad (y por las cinco "locomotoras") y una disminución temporal de los costos laborales. En efecto:


Más crecimiento económico y menos costos laborales

-Por una parte está la idea de que la creación de empleo es resultado de la interacción de muchos factores y políticas que trascienden el marco del mercado laboral. Por esta razón, el gobierno espera un crecimiento económico suficiente para que las tasas de desempleo caigan por debajo de 10 por ciento [1], meta mencionada varias veces por el presidente, mediante el aumento en la competitividad y otras condiciones que garanticen esas tasas de crecimiento [2].

La anterior ayudaría a explicar por qué el proyecto de la ley del Plan de Desarrollo [3] recientemente presentado al congreso no dice mucho sobre la política laboral específica. En realidad el tema se limita a dos o tres artículos referentes al aumento de los recursos para becas y créditos educativos en el ICETEX y la creación de fondos para financiar maestrías y doctorados [4], a mecanismos para que las cesantías se conviertan en una forma de protección a los desempleados [5] y a programas de empleo transitorio para la población desplazada por la violencia [6].

-El segundo elemento de la política laboral aparece en el Título III de la Ley de Formalización y Generación de Empleo [7]. En dicha ley se plantea una disminución temporal de los costos asociados con la contratación de ciertos grupos de la población como son los jóvenes (menores de 28 años de edad), las mujeres mayores de 40 años de edad, los desplazados, los discapacitados, las personas en proceso de reintegración (por ejemplo ex presidiarios) y trabajadores que reciban menos de 1,5 salarios mínimos mensuales vigentes.

La reducción de costos se aplica solamente a los nuevos empleos, y consiste en la posibilidad de que las empresas empleadoras descuenten del impuesto a la renta el valor de los aportes parafiscales que hayan efectuado (lo que equivale aproximadamente a un 10 por ciento del costo salarial de esos empleos). Dichos beneficios son temporales y se extienden hasta dos años por cada trabajador (tres cuando se trata de desplazados, en proceso de reintegración o discapacitados).

Lo anterior se complementa con una serie provisiones para evitar que los patronos simplemente sustituyan al personal ya empleado con trabajadores sujetos al tratamiento especial de esta ley. Para eso el patrón debe comprobar que ha pagado los aportes parafiscales y que la nómina actual - tanto en número de trabajadores como en valor total- es mayor que la del último mes de Diciembre.


Colombia: crecimiento sin empleo

Tener altas tasas de crecimiento económico es una condición necesaria pero no suficiente para aumentar sustancialmente el empleo. El tipo de crecimiento también juega un papel importante. Esto lo demuestra la experiencia colombiana reciente resumida en el cuadro siguiente, donde se presentan las tasas de crecimiento tanto del PIB total como por sectores, junto con las del empleo total y por posición ocupacional.


Este cuadro muestra cómo en el período de más alto crecimiento económico 2005-2007, cuando el PIB aumentó a tasas superiores al 6,6 por ciento, el empleo mostró las tasas de crecimiento más bajas (menos del 0,2 por ciento), mientras en el período de más bajo crecimiento económico (2007-09) fue cuando el empleo tuvo su mayor crecimiento.

La aparente paradoja se aclara cuando se mira la composición del crecimiento del empleo por posición ocupacional. El gran crecimiento del empleo en el último período se debió fundamentalmente al aumento de los trabajadores por cuenta propia (10,67 por ciento) y de los trabajadores familiares sin remuneración (11,66 por ciento). Este último grupo y buena parte del anterior, representan trabajos de muy mala calidad (lo que se llama comúnmente rebusque). Por el contrario, el empleo asalariado - el que está protegido por la legislación laboral - cayó sustancialmente en dicho período.

El período anterior, 2005-2007, mostró un aumento del empleo asalariado y una disminución de las otras formas de empleo, es decir una mejora en la calidad del empleo, aunque el volumen de empleo generado fue muy limitado.

Nuestra enfermedad holandesa

Por otro lado, en el mismo cuadro se puede ver cómo el empleo asalariado parece estar relacionado con el comportamiento de la industria manufacturera, pero no parece tener ninguna relación con el comportamiento del sector minero, que ha sido el sector líder en los últimos años.

Cuando sectores como la minería crecieron rápidamente, y la industria y la agricultura tuvieron comportamientos mediocres, se empeoró la calidad del empleo, aunque éste hubiera crecido en volumen. Por el contrario, cuando la industria tuvo crecimiento alto, la calidad del empleo mejoró, así éste no hubiera aumentado.

El sector minero es importante en términos de generación de divisas y de recursos financieros, pero no es un motor de empleo y puede llegar a inhibir el crecimiento de otros sectores que sí son buenos generadores de empleo.

En la literatura económica este problema se conoce como la enfermedad holandesa, una situación en la cual la abundancia de recursos naturales (petróleo y minerales especialmente), si no se maneja de la manera adecuada, termina generando pobreza e informalidad laboral y afectando negativamente la distribución del ingreso.

En resumen, la política de promover un crecimiento económico alto y sostenido es un paso en la dirección adecuada, pero debe ser complementada con medidas encaminadas a lograr que los sectores generadores de empleo de buena calidad tengan buen desempeño.


Reducir los costos laborales no es la solución

La disminución de los parafiscales como una forma de reducir costos laborales y generar empleo fue una tesis bastante debatida durante la campaña electoral. Las medidas tomadas de reducir temporalmente los costos laborales mediante exenciones tributarias equivalentes al valor pagado por parafiscales son consistentes con dichos planteamientos.

Estas medidas tienen la ventaja de que no afectarán el presupuesto del SENA, el ICBF y las Cajas de Compensación, porque se aplican sólo a los nuevos empleos formales, que así ya existan como empleos informales, no están pagando los aportes debidos. Probablemente las exenciones tampoco van a tener un efecto fiscal importante porque buena parte de las utilidades sobre las cuales se aplican no se estaban declarando o no estaban tributando.

Sin embargo, el hecho de que los subsidios y descuentos sean temporales (por dos años) limita de manera importante su efecto sobre la selección de tecnologías intensivas en mano de obra, puesto que estas son decisiones tomadas a partir de consideraciones de largo plazo, que no se ven afectadas por cambios transitorios en el costo laboral.

Además, las pocas estimaciones que se han hecho sobre la elasticidad de la demanda indican que en el corto plazo el efecto de la reducción de los costos laborales sobre el empleo es muy limitado. Por lo tanto, no es de esperarse que las medidas de la nueva Ley de Formalización y Generación de Empleo tengan un efecto grande sobre la generación de empleo.


Dirección correcta, alcance insuficiente

En resumen, los dos pilares sobre los que se basa la política laboral del gobierno van en la dirección correcta, pero se quedan cortas en aspectos importantes.

En la medida en que se alcancen tasas de crecimiento altas y sostenidas, el desempleo puede ceder y es posible que se logre el objetivo de que caiga a niveles de un solo dígito, si el crecimiento es suficientemente alto y si los sectores como la industria y la agricultura tienen un comportamiento aceptable. La reducción de costos laborales posiblemente tendrá un efecto marginal.

Para finalizar, vale la pena señalar que las medidas tomadas por el gobierno en materia laboral, lo mismo que las críticas que se les hacen, sufren del mismo problema: están basadas en poca evidencia empírica confiable. El mercado laboral es una de las áreas que más requiere investigación académica seria en Colombia.

Por Jaime Tenjo, economista Ph.D. Investigador sobre temas de mercado laboral y temas sociales. Ha sido consultor internacional y profesor de varias universidades en Canadá, USA, Jamaica y Colombia. En la actualidad trabaja como consultor y profesor de economía laboral en la Universidad Javeriana
Tomado de Razonpublica.com


Notas:

[1] El gobierno nunca ha definido si se trata de tasas de desempleo nacional, urbana o rural, ni el mes o trimestre para el cual lograría dicha baja. El período de tiempo es importante, porque las tasas de desempleo tienen un comportamiento estacional que hace que sean altas a comienzos del año y bajen paulatinamente a través de los meses.

[2] Capítulo 2 de la Ley del Plan.

[3] Ver proyecto de ley 179 de 2011 o Ley del Plan haciendo click aquí.

[4] Idem. Artículo 22 del proyecto de ley.

[5] Idem . Artículo 99.

[6] Idem. Artículo 107.

[7] Ley 1429 de Diciembre 29 de 2010. Ver link

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