25 de junio de 2009

Por el rescate moral de la política

Por Fabio Villa, Ex-constituyente

Podrán decir que me ha dado por la religiosidad o por el moralismo, pero no me importa si algunos me indilgan estos calificativos, porque después de ver el debate sobre la Reforma Política y la forma como los partidos de la Para política actuaron, es una obligación moral rescatar la política de la inmoralidad.

Vea también: Defensa de Villa ante acusaciones de Diario el Tiempo por presuntos malos manejos en la administración de la Loteria de Bogotá.

Acaso no es inmoral la forma tan vil como los partidos y movimientos oficialistas de la para política, han expiado sus culpas, decidiendo no aplicarse sanción política alguna ante la ignominia que sus parlamentarios han cometido contra la democracia, contra la ley y contra los colombianos.

Es por ello que considero una obligación inaplazable rescatar la política de la inmoralidad, del crimen, de la corrupción, de la truculencia burocrática y de todos los males que la acompañan y la ponen a heder en la vida pública.

La realidad, es que el panorama político es incierto frente a los acontecimientos electorales, pero esa incertidumbre- que es normal siempre en época pre-electoral- hoy es terrible, ante la premisa de una segunda re-elección en la presidencia de Álvaro Uribe Vélez.

La posibilidad de un tercer mandato en línea de Uribe Vélez, es mala para todos los partidos políticos, para la sociedad, para la institucionalidad, para la democracia de Colombia, pero paradójicamente, es más terrorífico para la propia coalición Uribista, que para nosotros los de la oposición.

No se puede olvidar que los Uribistas dependen de su jefe, el presidente, para decidir y eso los coloca en un nivel de indecisión solo entendible para un áulico o un sirviente incondicional, no para líderes políticos con aspiraciones presidenciales.

Ante este escenario político-electoral, la alternativa que nos queda ante la incertidumbre, es la de actuar con decisión sin esperar nada, es decir no colocar a la expectativa de los acontecimientos las decisiones políticas del momento.

En este sentido, Lucho Garzón hace bien en iniciar su campaña presidencial, lo mismo hace Gustavo Petro, quien tomó la determinación de enfrentar a Carlos Gaviria.

Las decisiones de Lucho y Petro, definitivamente son un respiro democrático ante las imposiciones caudillistas de izquierda y de derecha, aún con su panorama incierto y ante cálculos difíciles.

Pero además las posiciones adoptadas por Lucho y Petro, se convierten en motor del debate político tanto en el escenario de los llamados “Quíntuples”, como al interior y exterior del Polo Democrático Alternativo.

En el caso de Lucho su figura y carisma moverán opinión, generará debate y creará mejores condiciones para que la foto no solo sea una imagen fría sino el inicio de una larga faena por la democracia. ¡Ojala! esta apuesta pueda encarnar en un proyecto político que represente la decencia, la política social y la defensa a ultranza de valores democráticos y éticos, en procura de rescatar la moralidad de la política.

En el caso de Petro, él con su intrepidez y tozudez de siempre, con su valor civil y sus convicciones ha decidido dar una pelea a fondo por la democracia y por la convergencia al seno del PDA.

Petro decidió enfrentar la maquinaria clientelista y el fervor izquierdista que se tomo nuestro partido. ¡Ojala! su presencia en el debate, movilice opinión, entusiasme multitudes y permita que el voto de los aparatos no termine acabando definitivamente con la última esperanza que le queda al Polo.

Dura batalla con un gran líder a la cabeza para darla…

Yo por mi lado colocaré mis modestos esfuerzos al servicio de la convergencia, todo mi trabajo irá a que los “Quíntuples” terminen unidos en un proyecto electoral y político de largo plazo. Ese es un proyecto que necesita principios, ideas, propuestas y propósitos claros y no solamente mecanismos o candidato.

Es un proyecto donde juegan las aspiraciones personales, pero donde debe haber generosidad, grandeza y propósitos claros, que respete las reglas que se definan, pero también respeto a resultados inciertos- sobre un todo un proyecto de país- y no una iniciativa personal, que no surja en función o en contra de una persona, sea quien fuere, y tenga la importancia que tenga y eso incluye al Presidente de la República.

Con estas consideraciones y reflexiones empezaré a recorrer el país buscando el apoyo limpio y sincero de mis amigos y amigas y de mis compañeras y compañeros para el Senado de la República.

Como ciudadano, como Constituyente de 1991, y como candidato al Congreso, siempre estaré en disposición de defender la Constitución, de ayudar a construir la democracia, y hacer de Colombia un país más justo, equitativo e incluyente.

Trabajaré- en el lugar que me toque- porque la política retome el camino de la moral y de la ética que perdió hace ya mucho tiempo y para ello es que buscaré el apoyo en toda Colombia para llegar al Senado de la República.

Bogotá Junio 4 de 2009

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