25 de junio de 2009

Una sociedad enferma

El 60 por ciento de la población colombiana vive en la pobreza y 11 millones, en la completa miseria. Qué bueno que, en plena crisis mundial, en este gobierno "pro ricos" -así califica Cecilia López al gobierno Uribe-, ganen tanto dinero los sectores financieros. En lo que va del 2009 ganaron 3,14 billones de pesos.

Qué envidia. Pero qué injusto que la estructura oficial funcione como reloj suizo en bien de unos pocos, mientras nada funciona para millones de colombianos que no tienen resueltas sus necesidades básicas. Son los que viven en la periferia de las ciudades, en humildes asentamientos, en urbanizaciones piratas o hacinados peor que animales en covachas de cartones y latas.

En Cartagena, por ejemplo, ciudad frecuentada por potentados, centro de foros internacionales, veraneadero de colombianos ricos, da dolor y vergüenza ver las miserables condiciones de barrios y corregimientos que, al lado de La Heroica, no tienen ni agua potable.

El caso es que el 60 por ciento de la población colombiana vive en la pobreza y 11 millones, en la completa miseria. El desempleo es del 13,1 por ciento y, a la vez que aumenta el empleo informal, decrece el empleo estable. El 36 por ciento de la población carece de servicios básicos. En vivienda de interés social, el déficit es de 2'300.000 unidades; no tiene vivienda digna 2'500.000 personas; 75.000 familias viven hacinadas; en 600.000 hogares no hay servicios públicos; 2'400.000 adultos se acuestan con hambre; 3'300.000 colombianos emigraron en busca de oportunidades.

"Esa migración desordenada ha creado una sociedad de huérfanos: hijos levantados por abuelos, pues sus padres viven en otros lugares", dice el senador del Quindío Ricardo Arias Mora, quien, alarmado por esos y otros problemas -descomposición social, violencia intrafamiliar, abandono infantil, paternidad irresponsable, droga, corrupción-, propone crear el Ministerio de la Familia, que le dé relevancia a la política social.

No es multiplicar burocracia, como piensan algunos, sino elevar al primer plano la descuidada política social. Es darle vida a una entidad con voz y voto en los Consejos de Ministros, pues la triste situación de gran parte del pueblo colombiano exige atención primordial de los poderes del Estado.

Así como el Gobierno gasta dinero público a manos llenas para fortalecer la estructura militar y dar recompensa a guerrilleros arrepentidos y al que colabore con la Seguridad Democrática -gastos que, según Arias, suman 19 billones de pesos-, dinero tiene que haber para resolver necesidades del pueblo al que le va mal por donde quiera que se mire.

"En la Colombia del siglo XXI, el 15 por ciento es analfabeto. La actividad sexual y el consumo de drogas comienzan a los 10 años de edad. Al día hay 1.000 abortos, 45 violaciones infantiles, 3 niños asesinados y 35.000 niños explotados sexualmente. Y son menores de 16 años los autores del 75 por ciento de los 84 asesinatos registrados a diario. En el 2008 desertaron del conflicto armado 3.108 menores y 40 por ciento de los reinsertados tienen de 18 a 26 años. Estas cifras aterradoras demuestran que la sociedad está enferma. Cincuenta años de conflicto ininterrumpido lo dejaron tendida en el camino", dice el senador Arias. Pero él piensa que un Ministerio de Familia, con el ICBF a la cabeza, más Acción Social, la Consejería Presidencial para la Equidad de la Mujer y entidades afines, podrá proponer y ejecutar políticas de largo alcance, como tiene que ser la política social.

El ministerio idealizado por el senador Arias deberá ser tan importante como el Ministerio de Defensa. Y el Gobierno, hoy concentrado en la Seguridad Democrática, deberá entender que las gloriosas victorias militares no son todo, cuando el 70 por ciento de la población colombiana vive en condiciones infrahumanas.

Lucy Nieto De Samper

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