22 de marzo de 2010

En líneas gruesas… y una propuesta

Por Jaime Vargas

Podemos decir que el uribismo se mantuvo; los pura sangre de la U conservaron sus curules, el conservatismo avanzó y los uribistas puta sangre del PIN lograron lavar 9 de los suyos. La derecha conserva su poder organizada en tres partidos...

La izquierda organizada en el Polo bajó su representación de 11 a 8 senadores y perdió mayor número en la Cámara de Representantes. Perdimos poder, así de simple, por que el cuentico de que sacamos igual votación es consuelo de muchos para tapar la principal falencia del Polo desvelada por el mismísimo presidente Jaime Dussán “el Polo está fraccionado”. Ni siquiera dividido, no, fraccionado. No hay duda, el fenómeno constituye el principal escollo de Polo hacia el poder. Es debido a un obstáculo interno, (y no externo, como se pretende explicar) el estancamiento en el que estamos. Existen tres o cuatro proyectos políticos con estrategia, táctica y organización propia, que coexisten dentro del mismo, que antes que generar dinámica lo tienen entrabado.

El centro, esa franja que el Polo no supo asumir ni ganar por los escarceos con la extrema izquierda, toma cuerpo en los verdes y el trasquilado fajardismo. Y por esos lados del centro también transita el partido liberal y Vargas Lleras. Tenemos pues que la correlación de fuerzas ha variado un tris, pero ha variado, más hacia la derecha. Miremos lo que sigue, que es más difícil pero más productivo que hablar de lo pasado. ¡Que hubo mucha corrupción!, claro que la hubo y más que en otras oportunidades; el narcotráfico desde Turbay viene ganado espacio y con Uribe se ha consolidado como una fuerza política a través del lavado de activos y la moto-sierra. Pero que hacemos con la mitad de colombianos que no votan, más de trece o catorce millones. ¿Por que nuestras tesis, las de izquierda, no los seducen? Si empezáramos por tratar de solucionar nuestros errores y falencias no nos escudaríamos tanto en el análisis del contrario, y podríamos avanzar en forma más efectiva.

Debemos mirar lo que sigue, y lo que sigue es la presidencia de la república, el trofeo mayor. Si le queremos arrebatar el poder a la derecha, la izquierda y el centro deben unirse… elemental.

El campo uribista, a pesar de su victoria, tiene un nubarrón a despejar: Con Noemí Sanín victoriosa se le abre a agalla al partido conservador que lleva 8 años amamantado por el presidente y es posible que la criatura ya se sienta grande para reemplazarlo, y ésto le desbarataría los planes a Uribe que ya no estará en la palestra, pero anda tras bambalinas conspirando a favor de Santos.

Armar una fuerza superior a la que acaba de ganar en las parlamentarias debería ser el propósito central del centro y la izquierda. Como todo indica que todos los aspirantes irán a la primera vuelta por lo que se colige que no se podrá organizar una coalición antes, pues entonces desde ya se debe empezar a configurar un acuerdo entre liberales, Polo, verdes, Fajardo y por que no Vargas Lleras, consistente en un programa mínimo y que el candidato que saque más votos en la primera se convierta automáticamente en el candidato de todos para enfrentar la segunda. Así todas las candidaturas dinamizan su campaña y el ganador nos representará a todos.

No hay de otra, de lo contrario el uribismo, tendrá otros cuatro años al frente de la república. En otras palabras, es constituir -desde ya- un frente común por la democracia, con desprendimiento y generosidad para evitar que el autoritarismo siga haciendo de la suyas con el cuento -ya viejo- de que va acabar con la guerrilla.

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Propongo además que el próximo presidente del Polo, antes que nada, ponga la página Web del partido a funcionar y al servicio de la campaña de Petro Presidente.

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