22 de marzo de 2010

IX Juegos Suramericanos, solo explotación de los deportistas por las multinacionales

La competencia meramente deportiva queda a un lado cuando lo que se pretende es comercializar un evento, que debía ser un encuentro fraternal entre los pueblos suramericanos, y no convertirlo en una pantalla que oculta la crisis social y política que vive el país, evento que pretende hacer olvidar a la población los crímenes de Estado, los “mal llamados falsos positivos”, los desplazamientos, los asesinatos selectivos, los decretos de emergencia social, la situación de crisis con los países vecinos y muchos más.

Los dueños de las empresas multinacionales, los bancos, aseguradoras y fondos de inversión más poderosos del mundo, la oligarquía financiera de los países del norte, actúan por todo el planeta controlando las finanzas, la agricultura, la minería, la industria, el comercio, los servicios, la cultura y el deporte en casi todos los países.

Imponen la globalización económica y desventajosos tratados comerciales que aumentan el consumo de sus productos y servicios en todo el mundo, hacen de la guerra un negocio y controlan política y culturalmente a nuestras sociedades. Además ejercen el monopolio sobre la biodiversidad, el agua, las fuentes de energía, las materias primas, los minerales estratégicos, los mercados, las infraestructuras, las tecnologías y la diversión de los pueblos. Por ello explotan ampliamente los eventos deportivos en beneficio propio.

Las Multinacionales han utilizado a los deportistas desde hace muchos años como vallas publicitarias para todos sus artículos. En los presentes juegos suramericanos harán lo mismo para promover el consumo alienante de la población, que, siguiendo el ejemplo de sus ídolos deportivos, se entusiasmarán por comprar ropa o tenis Nike, Reebok, Adidas, Puma, etc., cuyos propietarios explotan en masa el trabajo infantil en Asia y África mientras cobran precios exorbitantes por sus productos.

los dueños de transnacionales o de empresas nacionales que producen mercancías de uso masivo, como COCA COLA, PEPSI, PARMALAT- PROLECHE, SMURFIT DE COLOMBIA, GRUPO MUNDIAL, POSTOBON, BAVARIA, TELEFONICA, COMCEL, ADIDAS, NIKE, PUMA, SANCELA Productos Familia, AVIANCA Y TISSOT relojera Suiza perteneciente al GRUPO SWATCH, el GRUPO EMPRESARIAL ANTIOQUEÑO (dueños de Noel, Zenú, Suizo- Rica Rondo, Bancolombia, Nacional de Chocolates, – SURAMERICANA Salud Sura), HACEB, COLANTA, GEF, METRO DE MEDELLIN, UNE, PHILIP MORRIS, HOLASA, COMFAMA, ETB y EPM aprovecharán la ocasión para ganar cuotas de mercado, elevar sus ventas y subir sus utilidades a costa de los deportistas y consumidores que participarán y verán los juegos Suramericanos. Ellos obligan, directa o indirectamente, a utilizar sus artículos sin ninguna retribución a quienes compiten por alcanzar la gloria y muchas veces por salir de la pobreza y la disccriminación.

Tras el telón de las gestas deportivas y la competencia por obtener medallas se encuentra la guerra de las más poderosas multinacionales, que poco les interesa el derecho a la lúdica, la recreación y el juego, especialmente en las clases populares que no disponen de los recursos para acceder a esto, responsabilidad que el estado elude y prefiere invertir en la guerra.

Hay una carrera desenfrenada entre las diferentes marcas para posicionar sus artículos y por ello no es raro ver en el deporte en general y el fútbol en particular, deportistas sometidos a relaciones de trabajo semiesclavista negándoles el derecho a la asociación y a la seguridad social, negocio que mueve miles de millones de euros incluso en tiempos de crisis. Tal derroche es contradictorio con la situación de miseria que viven muchas personas mundialmente.

En el caso de Colombia y específicamente de Medellín, no son extrañas estas competencias, no las de los deportistas, sino las de las grandes marcas, al igual que en los países participantes como Ecuador, Venezuela, Uruguay, Chile, Surinam, Brasil, Perú, Bolivia, Paraguay, Aruba y Panamá cuyos dueños aprovechan la situación de precariedad con que inician los deportistas para comprar su dignidad por una determinada cifra.

La competencia meramente deportiva queda a un lado cuando lo que se pretende es comercializar un evento, que debía ser un encuentro fraternal entre los pueblos suramericanos, y no convertirlo en una pantalla que oculta la crisis social y política que vive el país, evento que pretende hacer olvidar a la población los crímenes de Estado, los “mal llamados falsos positivos”, los desplazamientos, los asesinatos selectivos, los decretos de emergencia social, la situación de crisis con los países vecinos y muchos más.

No nos oponemos a este tipo de eventos. Lo que hacemos es denunciar que los deportes pasaron de ser de una competencia sana entre hermanos, forzando a los deportistas a mostrar resultados extraordinarios mediante la presión de contratos millonarios, que terminará por llevarlos a amenazar su salud y su estabilidad emocional. Así mismo, advertimos que el gobierno nacional gasta millonarias sumas de dinero en los presentes juegos mientras le rebaja el presupuesto de la salud y educación. El resultado de esta inversión es más negocios para los empresarios extranjeros mientras que aumenta la pobreza y el desempleo en el país. Mientras los de la casa nos morimos de hambre, otros se llenan más los bolsillos.

Esta denuncia la realizamos dentro del marco de la más amplia campaña de lucha contra las políticas de las multinacionales. Campaña que también va dirigida a exigir el cese de la explotación de nuestros deportistas, lograr su respeto, acabar con el saqueo de nuestras riquezas y conquistar la soberanía, la democracia, la paz, el bienestar y la integración latinoamericana.

POR SOBERANÍA, DEMOCRACIA, PAZ, BIENESTAR E INTEGRACIÓN LATINOAMERICANA.

CESE LA GUERRA DE LAS MULTINACIONALES Y SU POLÍTICA DE EXTERMINIO DE LOS PUEBLOS LATINOAMERICANOS

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